Tras de tus pasos me fuí Gabriela,
bellas palabras, lindos colores,
te pregunté donde escribías, donde te inspirabas
me dijiste que al aire libre, que la poesía no sabe de encierros
es la libertad deleitada.
Y me fuí a recorrer los campos, olí las uvas, respiré tu tierra
recojí los frutos que ya estaban dorados, los adoré.
te busqué en los niños, pero te encontré en los que ya tenían nietos.